Hamman Baños Árabes Córdoba
¿Qué es un Hamman?
Un Hammam (Hammim), también conocido como baño turco o hammam, es una modalidad de baño de vapor que incluye limpiar el cuerpo y relajarse. Han desempeñado un importante papel en las culturas del Medio Oriente como punto de reunión social, ritual de higiene y como elementos arquitectónicos. Los europeos los conocieron por sus contactos con los otomanos y en Europa Oriental fueron populares durante la era Victoriana.
El proceso de tomar un baño turco es una variante húmeda de una sauna, pero está más relacionado con las prácticas de baño de los romanos. Tomar un baño turco primero exige la relajación en un cuarto (conocido como cuarto tibio) calentado con un flujo continuo de aire caliente que permite que el bañista respire libremente. Luego, pasan a un cuarto aún más caliente (conocido como cuarto caliente) antes de sumergirse en una piscina fría. Después de hacerse un lavado completo de cuerpo y recibir un masaje; finalmente se retiran al cuarto de enfriamiento para un período de relajación.
Los baños árabes actuales rememoran una época en la que el lujo de disfrutar de un baño de esta calidad solamente estaba reservado a los gobernantes poderosos de la época.
Durante la época de la reconquista de España se diferenciaba a los musulmanes convertidos al cristianismo (moriscos) por su pulcritud, pues ellos conservaban la costumbre del aseo personal.

Beneficios del Hammam Baños Árabes
El Hammam consiste en tres salas de agua con diferentes temperaturas: una templada (tepidarium) a 36 grados centígrados, una caliente (caldarium) donde el agua llega a los 40 grados centígrados y la fría (frigidarium) con una poza a 15 grados centígrados. El recorrido se completa con una sala de vapor (baño turco) y una sala de descanso con fuente de té y agua: un ambiente único donde la total distensión se alcanza con un masaje relajante o exfoliante y la aromaterapia.
Si quieres eliminar toxinas a la vez que relajas tu mente, huir de la rutina y del estrés… ¡Escápate al Hammam de Córdoba! Ya de por sí el mero hecho de entrar en contacto con el agua el cuerpo tiende a la relajación. Si a eso añadimos el ambiente recreado, con la luz tenue, los aromas especialmente singulares, la música suave y el ambiente silencioso tenemos un poderoso bálsamo antiestrés.
El secreto del Hammam es combinar el calor, el frío, el agua y el vapor. El contraste de las temperaturas de la piscina caliente y fría tiene un fuerte efecto estimulador de la circulación sanguínea. También provoca la eliminación de toxinas por el exceso de sudoración que produce una atmósfera saturada de vapor de agua, lo que si acompañamos de la ingestión abundante de líquido ayuda a la mejor filtración renal. Siendo de gran ayuda, a su vez en los procesos de reducción de peso corporal.

Historia del Hamman
La costumbre del baño público procede en nuestra civilización de los atletas griegos, pero fueron los romanos los que los transformaron en una institución pública.
Con la llegada del Islam, su uso se perpetúa con algunas adaptaciones arquitectónicas, las salas reservadas al cuerpo se amplían en detrimento de los gimnasios y salas de lectura, y cambian las normas de higiene (el agua estancada de las piscinas romanas se reemplaza por agua permanente renovada).
Los hammam no solo servían como lugar de descanso y religioso (El Corán exige las abluciones para la oración, la purificación del cuerpo para conseguir la del alma) sino también como un lugar de reunión social y política, un lugar de encuentro, ‘un peculiar espacio social de escape y diversión, un espacio lúdico’.
El Hammam es lugar de ocio, reflexión, pasión y conspiración de los habitantes del mundo árabe.